La condropatía rotuliana, síndrome femoro-patelar o condromalacia rotuliana es la alteracion del cartílago de la rótula bien por causas traumáticas, biomecánicas, infecciosas, degenerativas, etc.

1 Fisiología del cartílago rotuliano

El cartílago es un tejido esponjoso, con poca inervación y con poco riego sanguíneo, esto hace que sea un tejido con un metabolismo braditrófico, es decir, un metabolismo lento, tarda en degenerar y tarda en regenerar.

Es un tejido formado en un 70% de agua, por lo que una condropatía rotuliana degenerativa se puede producir por la deshidratación del cartílago, entre otros factores.

Se nutre de la sinovia articular, por carga y descarga del tejido, y del hueso subcondral adyacente, que sí tiene muy buena irrigación sanguínea.

2 Síntomas de la condropatía rotuliana

Una condropatía rotuliana se expresa con dolor en la zona anterior de la rodilla alrededor de la rótula. El dolor suele ser de tipo punzante, agudo y genera sensación de que la rodilla falla al cargar. Suele aparecer cuando se hacen esfuerzos con el cuádriceps al subir y bajar escaleras o agacharnos de cuclillas. Es un dolor que a medida que se «calienta» con el movimiento suele remitir, pero la arrancada en frío suele molestar. A veces se acompaña de hinchazones sinoviales. En reposo no suele doler, pero algunos movimientos en la cama pueden molestar, o situaciones en las que la rodilla está mucho tiempo flexionada. Un síntoma más es que pueden aparecer crepitaciones con el movimiento, tipo arenilla.

3 Causas

3.1 Traumáticas: golpes sobre la rótula (que con frecuencia abordamos desde el contexto de la fisioterapia deportiva) pueden generar un choque entre ésta y el fémur provocando una inflamación del cartílago.

Causas traumáticas

Ciertos ejercicios de cuádriceps en el gimnasio, con o sin peso, hacen que la tensión que se genera en el tendón rotuliano, oprima la rótula contra el fémur provocando un rozamiento entre estas dos estructuras, acabando en una condropatía rotuliana.

Como siempre, cuando se empieza a realizar un ejercicio o deporte nuevo, pueden haber descompensaciones biomecánicas que provoquen un mal alineamiento de la rótula con la consiguiente fricción del cartílago.

Torsiones de tobillo o rodilla pueden subluxar la rótula y generar daños en el cartílago.

Trabajos en los que se necesita apoyar la rodilla en el suelo suponen una carga excesiva sobre el cartílago. 

3.2 Biomecánicas:

Insuficiencias musculares, como los pies valgos, desplazan la rótula lateralmente y esta desalineación puede provocar degeneraciones del cartílago.

Situaciones en las que la rótula, o parte de ella, tiene un déficit de carga que impiden el trasiego de nutrientes, pueden generar procesos degenerativos en la rótula.

Hay formas estructurales congénitas que predisponen a lesiones rotulianas como exceso o falta de laxitud, entre otras causas.

En general cualquier desequilibrio de la cadena funcional : tobillo, rodilla, cadera, pelvis, columna puede generar cargas extrañas en la rótula.

Condropatía rotuliana - Causas biomecánicas

3.3 Infecciosas – reumáticas – metabólicas:

En este apartado entrarían los procesos artríticos producidos por cristales de ácido úrico, infecciones articulares, inflamaciones producidas por trastornos metabólicos como inflamaciones hepáticas, intestinales, renales…. Infecciones de vías genito-urinarias, y efectos adversos a medicamentos como las estatinas, usadas para controlar el colesterol.

Diabetes.

Osteocondritis disecans.

Cambios bruscos de peso: en caso de aumento de peso por el cambio anatómico que se genera. Y en casos de pérdida brusca de peso por la infracarga que esto supone para el cartílago y por la pérdida de masa muscular.

Este tipo de causas pueden abordarse desde la psiconeuroinmunología con gran eficacia.

3.4 Degenerativas:

Quizás sea ésta la causa más habitual de problemas de cartílago sin un motivo aparente. Son procesos que aparecen de forma lenta y progresiva, ya que como se mencionaba al principio, el metabolismo del cartílago es braditrófico. Estos pacientes suelen ser personas sedentarias, con hábitos alimenticios no muy saludables o con posturas en el trabajo agresivas para la rótula. 

4 Grados de lesión

Las lesiones de cartílago pueden ser de grado I,II,III o IV en función del daño sufrido por el cartílago:

– Grado I: hay edema y un cartílago reblandecido, pequeña lesión de la matriz cartilaginosa.

– Grado II: ya se observan alteraciones en la superficie del cartílago.

– Grado III: hay alteraciones en capas más profundas.

– Grado IV: aparecen úlceras y alteraciones en el hueso subcondral, el cartilago practicamente ha desaparecido

5 Diagnóstico

El diagnóstico nace en principio de una buena anamnesis y una exploración correcta y se confirma con pruebas añadidas como radiografias, resonancia magnética, TAC, etc..

Diagnóstico - Condropatía rotuliana

5 Tratamiento de la condropatía rotuliana

Evidentemente, para tratar esta lesión, en primer lugar hay que eliminar la causa que la ha producido.

En los casos de lesiones traumáticas como golpes, caídas, torsiones, la causa es puntual y por lo tanto se aplica el tratamiento directamente.

Si la causa es biomecánica hay que corregir el defecto que provoque la sobrecarga o infracarga de la rótula.

Si la causa es metabólica habrá que modificar hábitos alimenticios, medicamentos, hidratación, sedentarismo, etc…

Si la lesión es de grado IV el tratamiento es quirúrgico, implantes de cartílago, perforaciones, prótesis,…..

Si la lesión es grado III-IV están dando muy buenos resultados las infiltraciones con ac. hialurónico, células madre y/o factores de crecimiento.

Una vez están controladas las causas, se puede mejorar la carga sobre el cartílago con soportes rotulianos o con tapings, ejercicios y en algunos casos plantillas.

El trabajo regenerativo del cartílago consistirá en estímulos sinoviales y activación de la circulación del hueso subcondral con ejercicio físico indoloro, por ejemplo bicicleta sin resistencia, movimientos en el agua, paseos suaves,….

Técnicas de masaje, movilizaciones articulares, compresiones, isométricos, cargas progresivas,…

Una buena hidratación y una alta frecuencia en la nutrición de alimentos del mar pueden ayudar a acelerar el proceso de recuperación igual que el uso de ciertos productos ortomoleculares.

Una vez aplicamos el tratamiento correcto debemos tener en cuenta que una recuperación correcta debería producirse en un plazo de seis a ocho semanas cuando la causa es traumática aguda y entre tres y cuatro meses en procesos degenerativos..